...la Biblia de Jerusalén
I Corintios 11, 3-19
3 Sin embargo, quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es
Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios.
4 Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta a su
cabeza.
5 Y toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta a
su cabeza; es como si estuviera rapada.
6 Por tanto, si una mujer no se cubre la cabeza, que se corte el pelo. Y
si es afrentoso para una mujer cortarse el pelo o raparse, ¡que se cubra!
7 El hombre no debe cubrirse la cabeza, pues es imagen y reflejo de
Dios; pero la mujer es reflejo del hombre.
8 En efecto, no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del
hombre.
9 Ni fue creado el hombre por razón de la mujer, sino la mujer por
razón del hombre.
10 He ahí por qué debe llevar la mujer sobre la cabeza una señal de
sujeción por razón de los ángeles.
11 Por lo demás, ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer,
en el Señor.
12 Porque si la mujer procede del hombre, el hombre, a su vez, nace
mediante la mujer. Y todo proviene de Dios.
13 Juzgad por vosotros mismos. ¿Está bien que la mujer ore a Dios
con la cabeza descubierta?
14 ¿No os enseña la misma naturaleza que es una afrenta para el
hombre la cabellera,
15 mientras es una gloria para la mujer la cabellera? En efecto, la
cabellera le ha sido dada a modo de velo.
16 De todos modos, si alguien quiere discutir, no es ésa nuestra
costumbre ni la de las Iglesias de Dios.
17 Y al dar estas disposiciones, no os alabo, porque vuestras reuniones
son más para mal que para bien.
18 Pues, ante todo, oigo que, al reuniros en la asamblea, hay entre
vosotros divisiones, y lo creo en parte.
19 Desde luego, tiene que haber entre vosotros también disensiones,
para que se ponga de manifiesto quiénes son de probada virtud entre
vosotros.